martes, 6 de agosto de 2013


El día que acabó la crisis...
La autora de este articulo publicado en El País da que pensar....
 
Concha Caballero  (Baena, Córdoba, 1956)
Es licenciada en Filología Hispánica y profesora de Literatura en un instituto público.
Profesora de Lengua y Literatura. Hace ya unos años pasó, felizmente, del ejercicio de la política a ser analista y articulista de diversos medios de comunicación (El País, Por ahora, de la SER, Meridiano, de Canal Sur Televisión). Amante de la literatura. Firmemente humana con los temas sociales.
Cuando termine la recesión habremos perdido 30 años en derechos y salarios...
Un buen día del año 2014 nos despertaremos y nos anunciarán que la crisis ha terminado. Correrán ríos de tinta escritos con nuestros dolores, celebrarán el fin de la pesadilla, nos harán creer que ha pasado el peligro aunque nos advertirán de que todavía hay síntomas de debilidad y que hay que ser muy prudentes para evitar recaídas. Conseguirán que respiremos aliviados, que celebremos el acontecimiento, que depongamos la actitud crítica contra los poderes y nos prometerán que, poco a poco, volverá la tranquilidad a nuestras vidas.

Un buen día del año 2014, la crisis habrá terminado oficialmente y se nos quedará cara de bobos agradecidos, nos reprocharán nuestra desconfianza, darán por buenas las políticas de ajuste y volverán a dar cuerda al carrusel de la economía. Por supuesto, la crisis ecológica, la crisis del reparto desigual, la crisis de la imposibilidad de crecimiento infinito permanecerá intacta pero esa amenaza nunca ha sido publicada ni difundida y los que de verdad dominan el mundo habrán puesto punto final a esta crisis estafa —mitad realidad, mitad ficción—, cuyo origen es difícil de descifrar pero cuyos objetivos han sido claros y contundentes: hacernos retroceder 30 años en derechos y en salarios.
Un buen día del año 2014, cuando los salarios se hayan abaratado hasta límites tercermundistas; cuando el trabajo sea tan barato que deje de ser el factor determinante del producto; cuando hayan arrodillado a todas las profesiones para que sus saberes quepan en una nómina escuálida; cuando hayan amaestrado a la juventud en el arte de trabajar casi gratis; cuando dispongan de una reserva de millones de personas paradas dispuestas a ser polivalentes, desplazables y amoldables con tal de huir del infierno de la desesperación, ENTONCES LA CRISIS HABRÁ TERMINADO.

Un buen día del año 2014, cuando los alumnos se hacinen en las aulas y se haya conseguido expulsar del sistema educativo a un 30% de los estudiantes sin dejar rastro visible de la hazaña; cuando la salud se compre y no se ofrezca; cuando nuestro estado de salud se parezca al de nuestra cuenta bancaria; cuando nos cobren por cada servicio, por cada derecho, por cada prestación; cuando las pensiones sean tardías y rácanas, cuando nos convenzan de que necesitamos seguros privados para garantizar nuestras vidas, ENTONCES SE HABRÁ ACABADO LA CRISIS.

Un buen día del año 2014, cuando hayan conseguido una nivelación a la baja de toda la estructura social y todos —excepto la cúpula puesta cuidadosamente a salvo en cada sector—, pisemos los charcos de la escasez o sintamos el aliento del miedo en nuestra espalda; cuando nos hayamos cansado de confrontarnos unos con otros y se hayan roto todos los puentes de la solidaridad, ENTONCES NOS ANUNCIARÁN QUE LA CRISIS HA TERMINADO.

Nunca en tan poco tiempo se habrá conseguido tanto. Tan solo cinco años le han bastado para reducir a cenizas derechos que tardaron siglos en conquistarse y extenderse. Una devastación tan brutal del paisaje social solo se había conseguido en Europa a través de la guerra. Aunque, bien pensado, también en este caso ha sido el enemigo el que ha dictado las normas, la duración de los combates, la estrategia a seguir y las condiciones del armisticio.
Por eso, no solo me preocupa cuándo saldremos de la crisis, sino cómo saldremos de ella. Su gran triunfo será no sólo hacernos más pobres y desiguales, sino también más cobardes y resignados ya que sin estos últimos ingredientes el terreno que tan fácilmente han ganado entraría nuevamente en disputa.

De momento han dado marcha atrás al reloj de la historia y le han ganado 30 años a sus intereses. Ahora quedan los últimos retoques al nuevo marco social: un poco más de privatizaciones por aquí, un poco menos de gasto público por allá y voilà: su obra estará concluida. Cuando el calendario marque cualquier día del año 2014, pero nuestras vidas hayan retrocedido hasta finales de los años setenta, decretarán el fin de la crisis y escucharemos por la radio las últimas condiciones de nuestra rendición.
Uno de los artículos mas lucidos y nítidos que he leído últimamente.
Si estáis de acuerdo con su contenido, difundir entre los amigos, merece la pena.

sábado, 15 de septiembre de 2012

POR SI NO HABÍAIS CAÍDO EN LA CUENTA……………..
 
  Maestro ¿Para qué sirve el latín...?..................curioso y evidente.
 
Muy sabio ……………..
El vocablo maestro deriva de magister . Y éste, a su vez, del adjetivo magis que significa "más"o"más que". Al magister lo podríamos definir como"el que destaca o está por encima del resto por sus conocimientos y habilidades".
Por ejemplo, Magister equitum (Jefe de caballería en la Antigua Roma ) o Magister militum (Jefe militar).

El vocablo ministro deriva de minister. Y éste, a su vez, del adjetivo minus que significa "menos" o "menos que". El minister era "el sirviente o el subordinado que apenas tenía habilidades o conocimientos".
 
O SEA:
EL LATIN NOS EXPLICA POR QUÉ CUALQUIER IMBÉCIL PUEDE SER MINISTRO PERO NO MAESTRO.

lunes, 28 de mayo de 2012

Critica


SAMPEDRO

Querido señor Presidente: es usted un hijo de puta. Usted y sus ministros

José Luis Sampedro
 Se lo digo así, de entrada, porque sé que nunca va a leerme, como nunca lee usted libros, ni nada más que periódicos deportivos como usted mismo ha confirmado, jactándose, como buen español de ser un ignorante. No se engañe, por eso lo han votado tanta gente. Perdonen los demás el exabrupto, pero es que está demostrado que somos lo que nuestros padres nos han educado, y si usted y sus ministros son como son, es porque sus madres muy bien no lo han hecho. A pesar de los colegios de pago, de pertenecer a la oligarquía de épocas dictatoriales, etc.

 Verá usted, señor presidente. Lo que más me molesta no es que usted sea un bastardo malnacido, sino un ignorante, y sobre todo un mentiroso. Se presentó a unas elecciones diciendo que no haría cosas que ahora hace. Dijo hace tiempo que la posibilidad de una amnistía fiscal le parecía injusta y absurda, y no ha tardado ni tres meses en 
recurrir a esta medida de forma injusta y absurda, como señala el diputado de IU Alberto Garzón al que usted y sus secuaces ningunean como a cualquier otro que no sea seguidor suyo. Ésa es la democracia que ustedes entienden, ignorar a los representantes de la ciudadanía que no les afín. Usted dijo que la Sanidad y la Educación no se tocaban, y la han tocado pero bien. A la banca nada, y eso que los grandes expertos en economía señalan que, o le metemos mano a sus amigos de las finanzas, o nos vamos a pique
Le voy a explicar unas cuantas cosas dado que usted es un ignorante que lee prensa deportiva en lugar de libros de historia, economía o política. Durante los años 20 hubo gente que tuvo la genial idea de crecer mucho, por encima de sus posibilidades como ahora tienen ustedes tan de moda decirnos. Tanto que incluso a Churchill, para salir de la situación de postguerra, se le ocurrió revalorizar la libra, lo que trajo bajada de sueldos y aumento de las horas de trabajo. No sólo no se creció por encima de lo esperado sino que destruyó la posibilidad de crear un modelo sostenible de crecimiento basado en el consumo, lo que permite terciarizar una economía y hacerla verdaderamente competitiva. Eso es ser un país desarrollado y no ganar mundiales de fútbol. Cuando llegó la crisis del 29 y la posterior recesión mundial en los 30, en un país tan poco sospechoso de socialista, comunista o lo que ustedes quieran, como EEUU, decidieron adoptar una cosa llamada New Deal, que consistió, entre otras cosas, en subir los sueldos y bajar las horas de trabajo. Como consecuencia, había más puestos de trabajo para cubrir esas horas de menos, y los que salían de su trabajo lo invertían en consumo, lo que reactivó la economía y permitió al país dar un definitivo empujón hacia arriba para salir victorioso de una Guerra Mundial que libró en tres continentes.


Por si usted no lo sabe, las medidas que está ejecutando han conseguido lo contrario. Hablo en pasado porque tal vez no lo sepa, pero no hay nada nuevo en los famosos "recortes". Argentina, Chile, Polonia, Rusia y así hasta un largo etc de países engrosan una horrible lista de fracasos de las políticas neoliberales de Milton Friedman y el Consenso de Washington que desde los 70 llevan intentando hacernos creer que sumergir a un país en el shock económico es una salida a la crisis. Jamás las medidas de la Escuela de Chicago han funcionado. Jamás un país ha salido de la crisis de esa forma. Jamás una sociedad se ha beneficiado de ello. Por el contrario, ha generado
suicidios, deterioro del Estado del Bienestar (que ustedes insisten en decir que se ha terminado mientras vemos cómo crece y se desarrolla en otros países de nuestro entorno) y ha destruido el futuro de numerosas generaciones.

 Usted miente, señor Presidente, y es sumamente peligroso. Porque el anterior era un inútil, pero usted es un pirómano en mitad de un incendio. El otro creía vivir en el País de las Maravillas y usted nos está sumiendo en el País de los Horrores. Toda política fiscal que no se base en la generación de riqueza, toda medida relativa al empresariado que no atienda prioritariamente a las empresas que cotizan más del 60% de sus ganancias en forma de sueldos e impuestos en España (y no Repsol, que solamente invierte un 20% y ahora la defienden como española; hay empresas extranjeras que reparten más beneficios al conjunto del país), todo lo que no sea alumbrar un futuro basado en la investigación y no en el trabajo precario, es destruir el futuro del país. A usted y sus secuaces se les llena la boca diciendo que hay que fomentar el emprendedorismo, y en lugar de ello desarrollan un plan basándose en los ideales especulativos de los dirigentes de la CEOE cuyo historial de empresas arruinadas por la especulación de la que ellos salen indemnes mientras el Estado se hace cargo de los parados que dejan es absolutamente bochornosa. Eliminan de todo plan de emprendedores la posibilidad del emprendedor social y generan únicamente una nueva casta de tiburones amparados en una reforma laboral neofeudal.

 Ustedes se olvidan que los países desarrollados como EEUU, Alemania, Francia, etc., invierten entre el 2'6 y el 3'4% del PIB en I+D+I. España no sólo necesita un esfuerzo superior (en torno al 6%) para ponerse a su altura sino que ustedes nos 
bajan la inversión del 1'3% al 0'9%. Para entendernos, usted que sólo lee sobre deportes, es la diferencia entre inventar un coche, y fabricarlo. Quien lo inventa tiene los beneficios de todos y cada uno de los coches que se venden. Quien lo fabrica sólo de las unidades que salen de su fabrica. ¿Dónde se inventan los coches? En Alemania, por citar un caso. ¿Dónde se fabrican? En España, Polonia o Rumania. Es evidente de quiénes estamos más cerca, pues. Al darle el hachazo que usted le ha dado a la investigación nos condena a ser un país de camareros, portaequipajes, y por supuesto de trabajadores poco o nada cualificados que trabajemos para empresas extranjeras a sueldos miserables mientras tenemos la moneda de los países con mejor calidad de vida. Si seguimos en el euro es para vivir como ellos, no para que ustedes nos hagan vivir como en Botsuana con precios de París.

 Usted nos 
está suicidando económicamente. Tal vez no sepa quién es Paul Kruggman, pero es Premio Nobel de Economía. Para él es evidente que usted nos miente o no quiere darse cuenta de que no estamos ni siquiera en recesión, sino en fase de depresión, y sus medidas nos hunden cada vez más. Ha aceptado ser el banco de pruebas del FMI, cuyas medidas ya arruinaron a varios países, pregunte si no por Grecia o Italia donde están fracasando estrepitosamente. Usted no le dice a la gente que estamos metidos en una III Guerra Mundial cuyas armas no son de fuego, sino que tienen a forma de experimentos socio-económicos, donde los tanques son agencias de calificación de la deuda, donde los países utilizan a los ciudadanos para intereses ajenos a estos, y donde, al final, la gente está muriendo y sufriendo, como en cualquier guerra. Usted nos dice que es bueno meter a cuarenta alumnos por clase, que es bueno que haya menos profesores, menos médicos, menos atención sanitaria, y a veces pienso que simplemente usted es gilipollas, que no puede ser que actúe con maldad. Y créame, lo sigo pensando. Los malos seguramente son otros, usted no tiene la inteligencia suficiente para darse cuenta de todo eso. Sí la tiene, en cambio, para saber que todo esto puede traer revueltas sociales, agitación en la calle. Por eso va a aprobar una medida por la cual será terrorismo  y condena criminal resistirse a la voluntad del Gobierno expresada en sus brazos de coerción, es decir, al policía. Como yo le estoy diciendo esto, seguramente me acusará de terrorismo por incitar a la gente a decirle a usted las verdades a la cara.

 Señor Presidente, usted no quiere decirlo porque la 
Führer Merkel le amenaza desde el IV Reich que se ha instalado. No es una exageración, oiga, que lo dice hasta el Financial Times que como todo el mundo sabe es muy de izquierdas sin duda. Estamos metidos en mitad de una III Guerra Mundial, vuelvo a repetírselo, y no es una idea únicamente mía, sino de gente de esa que ha estudiado, tiene doctorados, ha dado clase en varias universidades, ha viajado por el mundo, ha leído mucho, mucho, habla varios idiomas, ha vivido diferentes procesos de crisis y recuperación, y a algunos también les gustan los deportes. Pero también ven que ustedes nos metieron una primera fase de Movimientos Financieros que ahogaron nuestra economía y ahora nos meten en una fase de Posiciones para hundirnos en el shock, en el miedo, en la angustia.

 Solo le deseo que si algún día la sociedad se rebela, salimos a la calle, tomamos los poderes públicos, proclamamos una Asamblea Constituyente, convocamos un referéndum sobre la forma de Estado, disolvemos los partidos actuales y los obligamos a refundarse en partidos que atiendan a las ideologías políticas y no a las económicas, establecemos un sistema de elecciones realmente democráticas, nos salimos de la moneda alemana (llamada también euro) y establecemos pactos bilaterales con los países importantes, invertimos en educación e investigación. Si todo eso pasa y empieza con una mecha que la sociedad enciende. Si pasa y asaltamos su palacete en la Moncloa, ojalá usted esté ya camino del exilio en Berlín.

 O lo va a pasar mal. Muy mal.

"Los recortes se aceptan por una de las fuerzas mas importantes de la humanidad, 
el miedo.

domingo, 29 de enero de 2012

La Pepa, sin tópicos



En un intento global de modernización y cambio de las viejas estructuras de la Nación, y encuadrada dentro de la política legislativa reformadora que las Cortes tratan de aplicar, el 19 de marzo de 1812, vio la luz uno de los textos más importantes para la historia del constitucionalismo español, la Constitución de 1812.

Aquí os dejo un buen artículo sobre la Constitución del 1812.
Granada hoy
El historiador Alberto Ramos, el hispanista Charles Esdaile y el constitucionalista Luis García Ruiz repasan la Constitución del Doce más allá de los clichés
Pedro Ingelmo / Cádiz | Actualizado 29.01.2012 - 05:04
El primer tópico está en el titular, La Pepa, que fue como se bautizó la Constitución de Cádiz mucho después de que se promulgara el día de San José de 1812. De hecho, tras el trienio liberal, se acuñó La Pepa para no decir Constitución. Sin embargo, hoy el nombre de La Pepa se asocia a una conmemoración lastrada por continuos cambios en la dirección de un Consorcio que nació con una vocación de interés de Estado y que la crisis ha ido jibarizando.

El objeto de estos fastos, la primera Constitución española, lo que pretendía ser el fin del Antiguo Régimen -luego, Fernando VII prolongaría la agonía-, sigue siendo un gran desconocido. Invariablemente, los políticos que acuden a Cádiz a intentar dar fuelle al Bicentenario hacen referencia al "espíritu del Doce" . La nueva presidenta del Consorcio del Bicentenario (es la cuarta ya ), Soraya Sáenz de Santamaría, vicepresidenta del Gobierno, se estrenó el pasado 10 de enero con un discurso en el que afirmó: "Conmemoramos un espíritu que hay que fortalecer; esta efemérides debe servir para la regeneración institucional". Pero, ¿cuál es ese espíritu del que todo el mundo habla y nadie explica?

Alberto Ramos Santana, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Cádiz y miembro de la Comisión Nacional del Bicentenario, es una de las personas que más ha hecho por la divulgación del texto constitucional. Charles Esdaile, profesor de la Universidad de Liverpool, es uno de los mayores expertos del mundo en Napoleón y el hispanista británico con mayor conocimiento de este episodio de nuestra Historia. Aportó una nueva visión, que a muchos disgustó, sobre los primeros y convulsos años del siglo XIX en España en su libro La guerra de la independencia. Luis García Ruiz es catedrático de Derecho Constitucional. Los tres han respondido a un cuestionario remitido por este periódico y la primera pregunta no podía ser otra que esa: ¿Qué es el espíritu del Doce?

Para Ramos, reconociendo que "no sabría decir a qué se refieren los políticos" actuales cuando hablan de ello, "la Constitución de Cádiz es algo más que la primera constitución española. Por las difíciles circunstancias en las que se gestó, en medio de una guerra, por invocar y recuperar para la nación la soberanía y por su carácter rupturista, se convirtió en un símbolo, en un mito del liberalismo y de los demócratas españoles. Su afán de mejora de la sociedad fue el principal legado que Cádiz y la Constitución de 1812 dejaron. Por eso, Cádiz se convirtió en un emblema de la lucha por la independencia frente al invasor y sede de la revolución política, en cuna de la libertad".

Esdaile interpreta que con ese espíritu "los políticos lo que hacen es referirse a un deseo de modernizar, de poner el país al día y, quizá, de enfrentarse a las dificultades". El hispanista considera que, en un momento de tremenda crisis, unos y otros invocan un mito, "algo visto como bueno, incluso democrático. Es la idea de tomar una acción radical y decisiva". Pero Eisdale tiene su propia opinión sobre el 'espíritu': "Es algo más preciso. Consiste en insistir en la soberanía del pueblo español; la igualdad frente al ley; la libertad de propiedad, comercio y ocupación; y la unidad absoluta del territorio y administración nacional. Se observará que en lo dicho hay muchas diferencias con la España de hoy. A modo de ejemplo, las comunidades autónomas habrían sido totalmente inaceptables para los doceañistas".

Para García Ruiz, el espíritu del Doce es "asumir la esencia de lo que el movimiento constitucional representa, esto es, la soberanía nacional, la separación de poderes y la existencia de unos derechos fundamentales que son previos a su propio reconocimiento por el Estado".

Ninguno de ellos menciona en este espíritu el consenso. Consenso es una palabra que popularizó la Transición. ¿Existió en Cádiz? Existió en la medida en que la Constitución se aprobó, pero los doceañistas serviles no tardaron ni unos meses en firmar, tras el regreso del 'deseado' Fernando VII, el Manifiesto de los Persas, en el que se pedía la derogación de la Carta Magna que ellos mismos habían aprobado y España, a garrotazos, se hizo dos Españas y los exilios fueron millares. Con ese desenlace, ¿se podría trazar una línea de comparación con otra Constitución que acabó con otro antiguo régimen, la de 1978?

Ramos sí cree en el consenso y, de hecho, lo convierte en el principal punto en común entre ambos acontecimientos: "Además de ser epitafios de antiguos regímenes políticos, creo que la principal similitud entre los constituyentes de 1812 y de 1978 es su afán por lograr el consenso, conseguir dos textos que satisfacieran, si no a todos, a la inmensa mayoría. Las dos tienen un mismo carácter fundacional para cambiar las estructuras obsoletas del anterior Régimen".

Pese a la enorme distancia de tiempo entre una y otra, Eisdale identifica "ideas parecidas por doquier: igualdad frente a la ley, libertad de prensa... Pero también hay diferencias inmensas, que son las mismas diferencias que separan la España de 1812 y la de 1978". Insiste en una de sus bases argumentales, la soterrada federalización del país a la que abrió paso la Constitución de la Transición. "En 1812 a nadie se le habría ocurrido convertir a España en un sinfín de comunidades autónomas, ni mucho menos en una democracia como la que ahora goza. Con esto no digo que las autonomías estén bien o mal. Simplemente que a los doceañistas les hubiera horrorizado". Dicho esto, el hispanista considera el establecimiento de un estado de derecho "el principio más unificador, mas generalmente compartido, entre ambas constituciones".

Según el constitucionalista García Ruiz, "los liberales fueron los que, con mucha habilidad, llevaron sus ideas a la Constitución. Y esta habilidad consistió en vender lo nuevo como si fuera el restablecimiento de las antiguas leyes tradicionales españolas". Pero no tiene dudas de que los padres del 78 fueron más habilidosos que los doceañistas porque ellos inventaron el consenso".

¿Y fuera? ¿Fue la Constitución de Cádiz rompedora, contando con que Estados Unidos ya había aprobado su Declaración de Independencia y su propia Constitución y los franceses, revolucionados, habían redactado tres en cinco años?

"La Constitución de Cádiz de 1812 no fue un hecho aislado en el panorama internacional", recuerda Ramos. "Fue la manifestación hispánica de las transformaciones políticas, ideológicas y jurídicas que se vivieron a fines del siglo XVIII y comienzos del XIX en todo el mundo occidental. La Revolución española y la Constitución de 1812 deben considerarse hitos históricos en la misma medida que la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, la Constitución de Filadelfia de 1787, la Revolución francesa y la Constitución de 1791. Pero, quizás la de Cádiz es, en algunos aspectos políticos, más avanzada, más liberal".

Eisdale ve pocas conexiones con Estados Unidos. "En Cádiz se estableció un estado, es decir, un poder central, mucho más fuerte; pero no sé si esto constituye un avance. Respecto a la Constitución francesa, si nos referimos a la primera, la de 1791, la de Cádiz no diferenció entre los ciudadanos según su poder económico. Nada de ciudadanos activos y ciudadanos pasivos. Solamente ciudadanos. Y para mí esto es la gran importancia en la historia de España: el 19 de marzo de 1812 fue el momento en el que se reconoció el principio político de que todos los españoles son iguales, todos los españoles tienen los mismos derechos, los mismos deberes, las mismas posibilidades". Esto es sobre el papel. En la práctica no fue así. "El sistema político creado por las Cortes de Cádiz fue una consagración del caciquismo. Pero, al menos, el principio se reconoció, y esto me parece digno de mención".

García Ruiz opina que "no es posible hablar de Francia porque los franceses lo ensayaron casi todo. En cambio, la americana sí que es el epígono del constitucionalismo, así que seria difícil decir que la de Cádiz la sobrepasa. Pero sí que puede afirmarse que lo extraordinario de la Constitución de Cádiz es la modernidad de muchas de las instituciones que esboza, como la consagración de los principios que son la base de la independencia judicial".

Quien se acerca al texto del Doce sin más conocimiento que la publicidad institucional se sorprende que sea tan conservadora en materias como la religión o que mantenga la esclavitud. Mientras, el texto es muy avanzado cuando proclama la libertad de imprenta y la necesidad de la educación universal. ¿Cómo puede explicarse esto desde la perspectiva de la época?

Ramos desanuda el conflicto: "Indudablemente, no es una constitución democrática, pues no establecía el sufragio directo que, además, solo concedía a los hombres, marginando a las mujeres, junto a los incapacitados y a los sirvientes domésticos; ni garantizaba los derechos de reunión y de asociación. Y, pese a que regulaba la libertad de opinión y expresión, la restringía en el ámbito religioso, entre otros aspectos que impiden denominarla democrática. Sin embargo, pretendía lograr la libertad individual, la mejora de la sociedad mediante la ilustración -la educación- y la libertad de opinión, que recoge en un decreto instrumentalista, el de la libertad de imprenta".

A Esdaile ni le sorprende ni ve contradicciones. "Ocurrió lo mismo en la Constitución americana". El hispanista lo justifica de algún modo. "Hay que vivir con lo que no se puede cambiar. Muchos diputados veían como fenómenos absolutamente naturales tanto la esclavitud como el catolicismo de los españoles". Los artículos relacionados con la religión suelen ser atribuidos al miedo de los liberales a soliviantar a la Iglesia, contando con que muchos de sus miembros fueron participantes destacados en las Cortes de Cádiz, pero Eisdale da una vuelta de tuerca. "En lo que se refiere a la religión, no fue solamente el resultado de consideraciones prácticas. La Iglesia fue un canal de comunicación con el pueblo absolutamente imprescindible y el cura párroco un agente muy importante de un Estado que tenía muy pocos agentes de cualquier tipo, siendo el resultado que liberar a la población de España de su influencia no le convenía a nadie".

García Ruiz no le da más vueltas: "No es posible comprender las instituciones del pasado sin acercarse a ellas previo el conocimiento de las ideas predominantes y la sociología del tiempo cronológico en que se incardinan".

La conmemoración del Bicentenario pretende abrirse a América. De hecho, uno de los grandes momentos de la agenda del Bicentenario es la Cumbre Iberoamericana que se va a celebrar en la ciudad en otoño, con la presencia de jefes de Estado y con temas sobre la mesa que la diplomacia española considera que pueden suponer un giro de acercamiento hacia la otra orilla. La excusa es magnífica, pero ¿qué influencia real tuvieron las Cortes de Cádiz, con su representación americana incluida (más de 60 diputados), en los hechos que se produjeron en América y que acabaron con la independencia de las colonias?

Alberto Ramos no tiene dudas. "Considero que hay una huella real de Cádiz en América, huella que se puede rastrear ya en el seguimiento que tuvo en América la Proclama de la Junta de Cádiz a los Americanos. Por otra parte, no se debe olvidar que la Constitución gaditana de 1812 influyó de manera destacada en el desarrollo de la contemporaneidad en Europa y en América, ya que la norma gaditana se convirtió en el modelo y en el estandarte de las reivindicaciones de libertad de muchos pueblos del viejo y del nuevo continente. En Latinoamérica, en las primeras décadas del siglo XIX, mientras se desarrollaban las luchas emancipadoras, se ensayaron fórmulas políticas de consolidación de las nuevas naciones independientes y, en muchos casos, la experiencia de los diputados americanos en las Cortes gaditanas y el propio texto de la Constitución contribuyeron al fortalecimiento de los nuevos estados libres".

Nuestro otro invitado, Charles Eisdale, afirma que, sin lugar a dudas "aquí hay materia para un libro". Y su opinión no es benévola y se sale por completo de la bonhomía del discurso que tiende lazos entre los dos continentes: "Las Cortes de Cádiz fueron un desastre respecto a América: hipócritas, racistas, imperialistas, ignorantes, deshonestas y carentes de visión. Desde los primeros momentos negaron a los americanos la justicia y la atención más mínima. No hay duda de que esa actitud tenía su impacto en el imperio. No se puede decir que las Cortes de Cádiz causaron a las revoluciones americanas, pero aceleraron a su éxito".

Desde el punto de vista del constitucionalista no es necesaria tanta visceralidad. "Tuvo poca influencia en lo político aunque la Constitución de Cádiz llegó a proclamarse en casi las dos terceras partes de la América Española, pero ya no pudo detener los procesos independentistas. Mayor fue la influencia filosófico-jurídica pues muchos artículos de las primeras constituciones americanas siguieron de cerca sus correlativos de la de Cádiz. Esto se puede ver claramente en algunas constituciones antiguas, pero todavía vigentes, siquiera sea nominalmente, como es la de Argentina".



domingo, 15 de enero de 2012

Esquema de comentario de texto II

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GUIÓN COMENTARIO DE TEXTO
Análisis estructural:
-Fijar la estructura del texto; podemos tener un texto explicativo, aporético, deductivo,...

-Análisis de. términos, coger las palabras relevantes y describirlas desde un punto de vista semántico

Análisis Histórico del texto:
-Fijar el texto dentro del autor y en la totalidad de su época.

-Analizar el texto dentro de toda la Historia de la Filosofía (Contextualizar el texto buscando los precedentes sus posibles influencias posteriores)

Análisis Hermenéutico.

-Fijar los problemas que el texto plantea.

-Búsqueda de las soluciones de tales problemas, en el propio texto

 Determinación de la respuesta en orden a la resolución de los problemas

-Valoración del texto: análisis de la respuesta que se da a los problemas texto.

-Reapropiación del texto; traer a la época actual dicho texto

Esquema de comentario de texto I


COMENTARIO DE TEXTO


I.  ANALISIS DE, TÉRMINOS (los más importantes)

a) Semántico: sentido o significado en el contexto que da el autor. b) Lógico: método utilizado:

  demostrativo (demostrar una tesis)   aporético (se plantea un problema)   conclusión

estructurada lógicamente( partes que tiene)

II.  ANÁLISIS CONTEXTUAL (situar el texto):

a) En la obra de la que ha. sido tomado viendo que planteaba antes y después).

b) En la totalidad de,la obra del autor y la relación de esa obra con todo su pensamiento, su.evolución, etc.

III.  ANÁLISIS HISTÓRICO (relación del texto cojila época) .

a) Sincrónico.: ver todo aquello que influye en 'el autor (política, religión, ideología, historia, etc.)

b) Diacrónico: ver la historia de ese problema, cómo se ha planteado antes y después (retrospectiva y prospectiva)

IV.  ANALISIS HERMENÉUTICO:
  1. Explicación del contenido del texto.
b)Análisis crítico:
-Problemas que plantea el texto
 cómo lo plantea
-en qué se basa
c) Valoración personal argumentada.

viernes, 6 de enero de 2012

III ¿Naturaleza?

¿ES todo Naturaleza? Se podría responder a ésta pregunta desde ésta otra pregunta ¿qué es la Naturaleza? Ambas preguntas, tan amplias, tan ilustrativas, que parecen ser claras, o tratan sobre algo bastante trivial, en absoluto son ni triviales, ni claras. Naturaleza ese conjunto caótico de seres, entes y entelequias tan maravillosa y sorprendente, se nos puede tornar oscura e impenetrable, y a la vez, misteriosa y apasionante.